72 horas en Valencia (Parte I)

por lunes, julio 9, 2018

Puede que la mejor imagen que resuma todo lo que ha dado de sí nuestro largo fin de semana en Valencia sea la de mis hijas correteando felices por la espectacular terraza interior ajardinada del Hotel Westin Valencia, un auténtico vergel con palmeras, enredaderas y naranjos. Y, ¿hay mayor felicidad que verlas contentas?. Es más: ¿hay mayor felicidad que verlas contentas estando de viaje?.

Por tanto, esas risas y juegos son la mejor representación posible de ese sentimiento feliz y despreocupado de quien escapa de su ciudad durante un fin de semana y decide pasarlo en Valencia.

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Pero antes de llegar a ese momento, tras 3 horas de tren, hemos llegado a Hotel Westin Valencia, el maravilloso edificio que lo acoje ha sufrido una larga evolución pues ha tenido usos tan diversos como un balneario de aguas termales o una antigua fábrica de lanas.

Cuando lo recorría no podía evitar pensar cuántas grandes historias habrán sucedido en sus estancias, y sin olvidar de cuando George Clooney se alojó mientras rodaba Tomorrowland. /p>

Y es que, ¿hay algo mejor que disfrutar de su patio ajardinado al atardecer?. Sí: hacerlo viendo un desfile de Alejandro Resta. Y esa fue nuestra gran suerte del día de nuestra llegada. Alejandro, el diseñador valenciano que triunfa en todo el mundo, tiene estrella, lo sientes desde el momento en que cruzas dos palabras y observas su trabajo.

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Dormir en una cama de tamaño emperador de sábanas blancas y desayunar un gofre casero recién hecho, un zumo de naranja fresco y un capuccino viendo esa palmera centenaria y haciendo planes para disfrutar cada hora que pasamos en Valencia, eso es la felicidad.

La Valencia más vanguardista se recoge en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, un terreno al final de los jardines del Turia realmente innovador. Es la parte rabiosamente nueva que contrasta con el espíritu más clásico y viejo de la ciudad. Nosotros disfrutamos de una mañana de viernes en el Oeanográfic donde Valentina se volvió loca con todos los animales.

Cuando se está de viaje, la siesta es prácticamente obligatoria, además de necesaria y placentera, mucho más cuando viajas con niños. Así que, lo suyo es volver al Hotel Westin Valencia, cerrar las cortinas, decir hasta luego a las palmeras, y echarse una siesta larga.

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Una hora (o dos) más tarde, te arreglas, atraviesas las preciosas puertas del hotel, y vas andando a Ruzafa, que es el barrio valenciano con mejores planes para hacer antes, durante y después de la cena. De camino nos tomamos un blanco y negro (mi nueva bebida favorita) en una de las terrazas del modernista Mercado de Colón.

Y para cenar, El Bouet que siempre es una buena idea. Y si vas no olvides de probar su brioche «pulled pork» a la brasa (hay muchas posibilidades de que no sólo tomes uno). Aquí se sirve comida mediterránea con toques asiáticos y el resultado es delicioso. Después de este día el cuerpo pedía clemencia y sueño.

Sin etiquetas 2 Comentarios 255
2 Responses
  • M Angeles
    julio 9, 2018

    Q gozada!!

    • Cristina Duarte
      Cristina Duarte
      julio 9, 2018

      Muchísimas gracias.
      Hemos disfrutado muchísimo del fin de semana en Valencia

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