La historia de la boda de Patricia se resume en una serie de deliciosas casualidades.
Cuando Patricia contactó con nosotros para encargarnos el diseño de sus invitaciones (unas preciosas invitaciones de libélulas en un elegante verde musk), descubrí que casualmente se casaría en el mismo lugar donde yo lo hice, en mi adorado Palacio de Meres. Más tarde, comprobé que casualmente sus fotos serían realizadas por una fotógrafa que venero, Mercedes Blanco. Y que casualmente su preciosa corona sería diseñada por la ideal Paula, de Tocados Le Touquet y que además, y casualmente, sería maquillada por Reyes Tabarés, una profesional que me rechifla.

No conocía los detalles de su vestido, pero sabía que con toda seguridad, y sin ninguna casualidad, que sería espectacular!.

El vestido de Patricia fue diseñado por Ereganto, proceso en el que ella misma participó activamente ya que partían de algunas inspiraciones que había encontrado en revistas. Fue algo absolutamente dinámico, donde se iban añadiendo y modificando detalles a medida que se realizaban las pruebas.

Realizado en crêpe de seda con una caída espectacular, que se adaptaba al cuerpo perfectamente. Tanto en las mangas como en la espalda llevaba un encaje en color gris fumé enriquecido, con pedrería tratada y envejecida, creando ese pretendido efecto vintage .

Los zapatos, que fueron un regalo de su hermana Verónica, combinaban a la perfección con esa estética tan años 40. Unos Jimmy Choo de efecto glitter, que mezclaban el color champagne con plata, con pulsera y peeptoe en forma de mariposa.

Patricia hizo su entrada, acompañada de su padre, en el lugar de la ceremonia en un precioso sidecar de color azul. Todo ello, idea de su novio Pablo, para sorpresa de todos los invitados.

Del catering se encargó el espectacular Real Balneario de Salinas. Al tratarse de una boda tipo cóctel, querían asegurarse de que los tiempos eran los correctos. Querían que los invitados tuvieran diferentes opciones en cada momento: barra sushi, risottos en directo, gin fizz, barra de quesos asturianos,… Según nos cuenta Patricia, y siguiendo los consejos de Isaac Loya, de El Balneario de Salinas, decidieron hacer una apuesta muy asturiana (que resultó todo un éxito) con las cazuelitas de fabada, los bocaditos de escalopines, la empanada y el arroz con leche de la cena.

Al tratarse de una boda tipo cóctel muy dinámica, Patricia y Pablo decidieron tener música en todo momento. Juan Coto de Okka Events, fue el dj que animó la celebración desde el principio al final.

Patricia es muy detallista, y llevó ese rasgo de su personalidad a la organización de su boda, preparando todo con mimo y cuidado, desde los kits de supervivencia de Mr. Wonderful hasta unos preciosos conos con flores para la ceremonia.

El resultado: un boda perfecta!.