Tengo una curiosa fijación navideña. Cuando llega la mañana de Reyes, siempre cuento las bicletas que suben y bajan por la calle. El número varía año tras año, pero para mí, la visión de las relucientes bicicletas es sinónimo de Navidad.
Quizá todo esto viene por el recuerdo de mi propia primera bicicleta. Una flamante BH de color verde con una coqueta cestita, el objeto de mis sueños por aquella época (aunque mi color favorito era el rosa, por supuesto).
No era mi color elegido, pero ciertamente fue impresionante. Porque era toda mía, y por fin podía ir en bicicleta como todos los otros niños. Recuerdo que debía tener unos seis o siete años, y aunque había visto a mis primos mayores montar mil veces, no era tan fácil como parecía.
Mis padres tuvieron la previsión de acoplar unos ruidines, pero conseguir mantener el equilibrio con aquel nuevo vehículo fue tremendo. Lo cierto es que no recuerdo el día en que pudimos quitarlos, pero sí que tengo un recuerdo muy claro de mis rodillas siempre peladas y llenas de huellas. Pero sobreviví y pasé la prueba.
Cuando comencé a pensar en una bicicleta para Valentina estudié la cantidad de opciones que había, e incluso lo compartí con vosotras a través de INSTAstories. Descubrí los beneficios de las bicicletas sin pedales y cómo los niños adquieren el equilibrio de forma natural y progresiva. Encontré una selección maravillosa de bicicletas de aprendizaje a través de la web Newborn Riders y me enamoré de esta bicicleta porque pensé que era perfecta para ella.
Es un modelo de estilo clásico, que es realmente genial. Había visto a todos sus amigos andar en bicicleta, y ahora están tan emocionada de montar la suya propia.
Cuando era niña, mi padre solía llevarme al parque para enseñarme a andar en mi primera bicicleta. He perdido muchos de los detalles de aquella época, pero puedo recordar la emoción de la primera vez que conseguí pedalear unos metros yo sóla.
Mientras los recuerdos de mi primera bicicleta se desvanecen, comienzo a sentir todos los que está viviendo Valentina. Ella tiene ahora 3 años y medio, y lleva un par de semanas usándola. Estuve allí el primer día que abrió el paquete con su bici, y recuerdo la enorme sonrisa en su rostro cuando la vio por primera vez.
Y vosotros: ¿recordáis vuestra primera bicicleta?
Mariá Uceda
octubre 15, 2018La emoción con la que lo describes, engancha. Escribes que da gusto leerte, deberías plantearte escribir un libro, seguro que te lo han dicho más de una vez.
Recuerdo una de las bicis con especial ilusión, con unos 9 años… la utilicé hasta que perdió el color, terminó gastada y “vivida”, entre la bici y los patines vivimos muchas aventuras mis amigos y yo.
Bonitos recuerdos
Cristina Duarte
octubre 15, 2018Jajajaja gracias por tus palabras…
Si, aquellos recuerdos entre bicis y patines, qué bonitos años!