Laura Gandía de Cock es sevillana, de madre belga y padre valenciano, economista y MBA por el Instituto de Empresa, después de siete años trabajando como ejecutiva de marketing en empresas de gran consumo, se ha lanzado de lleno al mundo del arte. Prepara su próxima exposición de pintura en Madrid, donde está cosechando un gran éxito, una explosión de color y el reflejo de su preocupación estética. Su trabajo puede verse a través de su página web, The Art Maniac.

Su boda se celebró en la finca familiar de Hacienda Casablanquilla, un cortijo rodeado de 100 hectáreas de frutales a 20 minutos de Sevilla. La decoración de la finca corrió a cargo de la propia familia, la novia intentó recrear un ambiente mágico utilizando las velas como elemento esencial. La iluminación era el elemento más importante de la decoración, siempre con luz indirecta y velas, combinado con pocas flores pero con mucho verde para aportar un ambiente cálido. Utilizando como inspiración los decorados de la película «El sueño de una noche de verano”, basada en la novela de William Shakespeare.

La boda la sirvió el catering Alfar2, con sofisticados y refinados aperitivos que causaron sensación entre los invitados, utilizando además las frutas de la familia en la elaboración de los postres y en la “mesa fantástica”, donde se sirvieron todo tipos de postres artesanos, delicatessen tradicionales y la combinación más brillante de cristales, velas y espejos.

El vestido fue realizado por la diseñadora catalana Cortana. A Laura le encantaba el estilo de sus vestidos de novia: adoraba su versatilidad y sencillez. Muy vaporoso, utilizando la seda natural como material esencial. En la cabeza la novia llevaba una corona de flores realizada por Cártamo.

Los trajecitos de las niñas fueron confeccionados por Pikiliki. Y todo el magnífico reportaje fotográfico fue realizado por Molina+ Royo.

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