Nisamar me escribió confesándome que era fiel seguidora del blog desde hacía años y desde que Rafa le pidió que se casasen, allá por 2014, se convirtió en un imprescindible para buscar inspiración para su gran día. Y así me contaba que la pedida fue romántica y muy divertida, pues Rafa la invitó a cenar aprovechando un viaje a Madrid y mandó grabar una preciosa cucharilla con la fecha de su aniversario y con la inscripción “Will you marry me?”… y a partir de ese momento, Nisamar comenzó a planear el mejor día de su vida.

Ellos son de la isla de Gran Canaria, así que tenían claro que la suya sería una boda al aire libre y de día. Lo celebraron en la Finca Los Pinos. La ceremonia civil se ofició en la propia finca y al finalizar, los invitados disfrutaron de un cóctel, servido por Vintia, en el jardín junto a la casa, una cena y como colofón una gran fiesta final.

En cuanto a su vestido, tenía claro que quería que fuese con manga larga, corte sirena y escote en la espalda. Se enamoró de un diseño en crêpe de seda de Atelier Pronovias, que combinó con sandalias de lamé dorado de Jimmy Choo. Para el pelo se decantó por un velo de tul de seda sencillo y una semi corona de flores de cera en color dorado de Musak. De la peluquería se encargó Raquel, de Sunao Peluqueros, y del maquillaje, su gran amigo Adolfo Martín, maquillador oficial de Giorgio Armani. Como joyas, llevaba su anillo de pedida de oro blanco con diamante central en talla princesa y dos diamantes laterales en forma de trapecio, regalo del novio, y unos pendientes de diamantes y perlas regalo de su tía. Su ramo era de peonías blancas y rosas con hortensias celestes, realizado por Flores Jara, quien se encargó también de toda la decoración floral de la ceremonia y el banquete. Todo el reportaje fotográfico fue realizado por Don y Helen Wedding Photographers.

El novio llebava semi-chaquet azul noche de Caramelo. Camisa de Pal Zileri, zapatos hechos a mano de Calce, su reloj de pedida  y gemelos de Dior. Las niñas del cortejo llevaban coronas de paniculata hechas a mano, vestiditos blancos de algodón de No Sin Valentina y bailarinas lace-up en color mint a juego con las bermudas del niño.