Niñas y tecnología comienza a ser un tema familiar para mí (y seguro que para muchas de vosotras también). Vivimos en tiempos donde todo va deprisa, y parece que se desarrollab nuevos teléfonos, tabletas, aplicaciones y similares en un abrir y cerrar de ojos. Todo está constantemente en movimiento, en evolución.
Tanto es así que puede ser difícil saber dónde establecer la línea cuando se trata de tus hijos y sus dispositivos. ¿Cuándo el entretenimiento inofensivo se transforma en un hábito poco saludable?, puede ser difícil de afirmar. Tras leer sobre el asunto, y basándome además en mi propia experiencia, os dejo algunos consejos para que los niños (y también los mayores) se detengan, se enfoquen y escuchen cuando se trata de tecnología y de pasar tiempo de calidad.
Predicar con el ejemplo
Según un estudio realizado, el 32% de los niños encuestados se sentía poco importante cuando sus padres estaban distraídos por sus teléfonos. Además, el 54% de esos niños pensaban que sus padres pasaban demasiado tiempo con dichos dispositivos. Es hora de que nosotros, como padres, seamos un buen ejemplo para nuestros hijos.
En mi caso, aprovecho el tiempo que Valentina está fuera de casa para realizar todo el trabajo de ordenador y comparto ese tiempo con Camila porque aún es muy bebé. Además el accesorio para newborn que tiene su Tripp Trapp de Stokke es perfecto para tenerla a mi altura y poder compaginar ambas tareas.
Enough is enough
Se estima que los niños pasan entre 8-10 horas al día entre teléfonos, tablets o portátiles. Y, a ese número habría que añadirles el tiempo de la tecnología que se utiliza en la escuela. Dicho esto, podría ser el momento de considerar tomar el control de la familia, y recortar el tiempo destinado a la tecnología.
En casa establecemos límites en cuánto tiempo gastamos en las redes sociales, mensajes o vídeos. Y ya no sólo por como esto afecta a los niños, también por la relación de pareja, a veces hay que apartar el móvil y dedicarse un tiempo para sentarse frente a frente y poder charlar.
Lo básico
Me resulta ciertamente desconcertante que un niño menor de 15 años necesite un teléfono móvil de más de 600 € con todo tipo de gadgets. Es posible que desees estar conectado con tu hijo (para niños adolescentes) a través del teléfono: llamadas, mensajes de texto y correo electrónico; pero realmente cualquier cosa más pienso que es innecesaria.
No en la mesa
Pienso que debe ser una regla no escrita que las comidas en familia sea un momento phone-free. Sin llamadas, sin mails, sin snaps, sin tweets. Por lo general, ¿cuánto pasamos las familias comiendo juntos?, ¿20 – 30 minutos?. Seguro que podemos mantenernos alejados de la tecnología en ese rato, y en su lugar tratemos de hablar de lo que nos está pasando a cada uno.
No en la mesa
Pienso que debe ser una regla no escrita que las comidas en familia es un momento phone-free. Sin llamadas, sin textos, sin snaps, sin tweets. Por lo general, ¿cuánto pasamos las familias comiendo juntos?, ¿20 – 30 minutos?. Seguro que podemos mantenernos alejados de la tecnología en ese rato, y en su lugar tratemos de hablar de lo que nos está pasando a cada uno.
A dormir
Hay familias que tienen incorporada la tecnología en su ritual de sueño, incluyendo en el de sus hijos con su teléfono o tablet en modo de cuento, vídeo o música en la cama. Sin embargo, muchos estudios muestras que esta práctica es una mala idea pues interfiere en el descanso y sinceramente ¡el sueño es más importante!
Sudadera rosa: Zara, Trona: Stokke, Camisa Camila: Nicoqo, Leotardos: Nícoli, Zapatitos: Nanos