Siempre me hace ilusión recibir bodas vuestras, más si son en «mi tierrina» querida y mucho más aún si el remitente es un chico. Así es que cuando recibí el mail de Pablo no podía con la curiosidad… y, después una foto maravillosa como anticipo, me dejo con ganas de conocer todos los detalles de su gran día.
Y además, llegaron halagos a mi trabajo y me confesaba que les hacía mucha ilusión publicar su boda porque les gustaba mi estilo, porque no me lanzo a las modas sino que valoro el gusto de lo clásico y porque mi hija Valentina les tiene completamente enamorados. Y me sacó una sonrisa recordándome el mítico episodio en el que Valentina hacía un garabato que todos interpretábamos que eran los 3 Reyes Magos, pero parece ser que no, que no eran…. siempre ha sido un misterio para todos nosotros, que sólo ella sabe y nadie más.
Ellos se conocieron cuando tenían 16 años en una clase a la que acudían. Fue en ese momento cuando surgió algo especial para Pablo y 4 años después (y mucha insistencia por su parte) para Carla. Tras 9 años de relación Pablo le pidió matrimonio a Carla durante unas vacaciones por Portugal. Como nacieron, crecieron y se conocieron en Avilés, decidieron que intentarían que todo lo que estuviese relacionado con la boda llevase un trocito de su lugar.
Se casaron en la iglesia de San Nicolás de Bari, en la que Pablo es cofrade. El lugar de la celebración fue un precioso hotel con acceso directo a la iglesia. Su equipo lejos de tratar su boda como una más, hicieron que todo fuese fácil y especial.
Para las invitaciones y temática de toda la boda, diseñaron un logotipo con sus iniciales. Como querían una invitación especial, encargaron unas planchas de acero e hicieron en ellas la marca de agua con el logotipo. Los sobres, iban lacrados con el mismo logotipo, con un lazo verde y escritas a mano, igual que la de los padres de Carla.
Tanto la novia, la madrina, la hermana del novio y la madre de la novia, encargaron sus vestidos a una modista de Avilés de las de toda la vida, de las primeras que en su época estudiaron diseño de moda en Barcelona. La novia tenía claro como quería su traje. el típico que después de 20 años quisiese seguir poniéndose. Manga larga, escote cerrado, espalda con un total de 33 botones y una gran cola. Quiso ir velada por el misterio y sentimiento religioso que conlleva y porque además, sabía que este hecho emocionaría a Pablo.
El ramo era un sueño y en él Carla puso una medalla de la virgen de Covadonga de la abuela de Pablo, otra medalla que regalaría más tarde a su madrina de bautizo y la medalla del Santuario de Bom Jesus do Monte, donde había tenido lugar la declaración formal de Pablo.
Llevaba además una corona de flores, semillas y hojas de azahar. Ese tipo de corona levantaba el velo y lo despegaba de la cara, y al ir velada era perfecto.
Este es el resumen de su día, la idea fue confiar en quien siempre lo habían hecho y hacer así que los suyos, los de toda la vida, tuviesen un huequito en su día más importante. Intentaron que dentro de lo que son las bodas, la suya fuese cómoda para todos sus invitados. La mayoría eran de Avilés y que se celebrase en Avilés fue de agradecer.
Quisieron mostrar que ninguno se sintiese invitado por compromiso y consiguieron que les quedase a todos claro que, sin cualquiera de ellos, su día no hubiese sido lo mismo ya que todos, son importantes y representan mucho en sus vidas.
+ Vestido: Josefina Bellón I Tocado: Le Touquet I Maquillaje: Lorena Carbajal I Zapatos: Miss García I Bata: La Costa de Algodón +
+ Chaqué: Verano Ceremonia I Tirantes: Scalpers +
+ Fotos: Cristina Cañibano I Vídeo: Héctor Torra I Celebración: Hotel NH Collection Palacio de Avilés I Decoración floral: Leymar I Dulces: Mis dulces 26 +
m
febrero 9, 2018muy bonita boda ,me encanta los detalles
Eventop Carpas
febrero 12, 2018Excelentes fotos, con una cuidada y delicada ambientación.
Felicidades por las fotos !